ÁNGELES Y METAFÍSICA CLASE -1 (primera parte)

ÁNGELES Y METAFÍSICA (primera parte)
OS LO IRE COLOCANDO POR PARTES PQ ES UN MATERIAL MUY EXTENSO. BENDICIONES.
CLASE 1: ÁNGELES Y METAFÍSICA


¿Qué y quienes son los ángeles? Los ángeles son los “ayudantes invisibles” que tras una llamada nuestra están preparados para intervenir en nuestro favor, pero respetando siempre las leyes del karma.
Son seres de luz, de muchos niveles evolutivos, que se mueven con armonía en torno a nosotros. Son admirables seres cuyas vidas inspiran y crean todo en la naturaleza.
Los ángeles son seres espirituales, y todos nosotros somos seres espirituales, pero espiritual no es sinónimo de religioso, aunque muchas religiones puedan ser muy espirituales. La espiritualidad es algo que todos llevamos dentro y de los cual demasiado a menudo estamos desconectados. Lo espiritual en nosotros es lo que da sentido a la vida, haciéndonos conectar con nuestra esencia, con la paz mental. Descubrir el mundo del espíritu, nos dicen los ángeles, es como volver a nacer.
Los ángeles pueden hacernos recordar nuestro origen espiritual y nuestro fin divino. Pueden ayudarnos a restaurar nuestro estado lamentable y a vivir una vida de acuerdo con lo que realmente somos. Sólo tenemos que hablar con ellos, pedírselo humildemente, con fe, con esperanza, con convicción.
Seres de luz, los ángeles son manifestaciones de lo divino que esperan que los acojamos en la simplicidad y en la pureza del corazón, en los brazos del niño mágico que hay dentro de cada uno de nosotros. Quieren que los abracemos, pues ellos nos abrazan constantemente y nosotros no nos damos cuenta.
Es imposible compaginar en pocas clases una realidad que es tan múltiple y compleja como la de los ángeles.
Nada tengo que enseñar a nadie, sólo he intentado extraer lo mejor de muchos textos y he querido reunir pensamientos y filosofías a veces muy diversas entre sí: reunificar el pensamiento cristiano, el laico, cabalístico, teosófico, etc.
Leyendo todo el material disponible me di cuenta de que todas aquellas cosas que hasta entonces había solamente intuido, tomaban finalmente forma. En la mente y el corazón tenía un enorme ovillo de nociones, informaciones, conocimientos parcialmente míos y parcialmente “sugeridos”. La confusión y el desorden en mi mente empiezan a ensamblar el rompecabezas que representaba el estudio de los ángeles.
Estoy convencido de que una condición esencial para todo el trabajo con los ángeles es el convencimiento de su existencia, a tal fin es necesario que obtengamos la mayor cantidad posible de información sobre nosotros mismos y ellos, y describirlos de una forma que resulte aceptable a todos.
Hay demasiadas cosas por decir, algunas parecerán como de ciencia ficción, otras se darán por descontado. Lo trato de hacer lo mejor posible, con una inmensa humildad y con gran espíritu de servicio, pero mis medios son limitados, y Ellos, por el contrario, son tan complejos.
Estoy segura que mientras estoy escribiendo todo esto, estoy rodeada de los ángeles, y que Ellos me están ayudando a encontrar las palabras correctas y la información que conviene que yo transmita. Si en algo no resulta clara, desde ya no es una falla de Ellos, sino que no he sabido interpretarlos correctamente. A lo largo de mi vida estoy tratando de incrementar mi ya diario contacto con estos Seres de Luz.
Encontraréis, quizás en desorden, pero en total hermandad y más allá de todas las teologías, ángeles cristianos, cabalísticos, devas, espíritus de la naturaleza, todo lado a lado, con la perfecta armonía que les es característica, sin espíritu de competición, sin necesidad de confrontarlos entre sí.
El ángel es energía, es presencia, sea cual sea el nombre o la imagen con que la tradición humana le ha denominado. El ángel es realidad. Que el hombre moderno lo crea o no, el ángel existe, nada podrá cambiar su ser. No importa que no lo veamos; tampoco podemos ver el sonido de la música ni el olor de un perfume, sin embargo eso no hace que no existan. Además, el que no los veamos con nuestros ojos físicos no es lo más importante, ya que hay cosas como la electricidad, que tampoco no llegamos a ver, sino que solamente percibimos sus efectos.
Con los ángeles ocurre algo parecido. Por regla general, y salvo que ellos deseen lo contrario, no podemos verlos, pero sí podemos sentirlos. No es necesario hacer complicados ejercicios de visualización para ver a los ángeles. Sólo es necesario que percibas o, mejor dicho, que te des cuenta del fruto de su trabajo y que lo agradezcas.
Entre toda la información que te iré suministrando a lo largo de las clases, serán al final de tu mente y tu corazón los que hagan la elección, será tu instinto el que te guiará hacia el modo más afín con tu modo de ver, sentir y pensar.
Creo que es mi tarea la de ir eligiendo, seleccionando, extrayendo y compaginando los distintos temas hasta convertirlos en una base de aprendizaje útil.
Debemos comprender que los ángeles quieren ser nuestros amigos. Son nuestros compañeros en el viaje de la vida por este planeta cuyo amor, luz y sabiduría puede enriquecer nuestras vidas enormemente. Quieren compartir con nosotros y ayudarnos a crecer hacia el único destino espiritual que es el nuestro. Su guía y apoyo son maravillosos, y debemos alegrarnos y dar gracias por ello.
Y nuestro agradecimiento va – ante todo y en primer lugar – hacia la Fuente de la que procedemos tanto los ángeles como nosotros. Los ángeles en sí no son esta Fuente. No son divinos, aunque ellos, como nosotros, son inmortales. Si sus rostros brillan con una luz que no es terrenal, es porque están llenos de la Luz única.
Como ya he dicho, los ángeles son nuestros amigos, no nuestras herramientas ni nuestros criados personales a quienes podemos dar órdenes. Sirven a Dios, que es Amor, y la única agenda que conocen, es el Plan Divino.
Hay una clave en la misma palabra “ángel”, derivada del griego Angelos, que significa “mensajero”. Los ángeles son mensajeros de nuestro Creador. Contienen en sí los patrones básicos de la Creación , que se tornan manifiestos en nuestro mundo tridimensional.
Ellos obran con nuestras almas en conjunción con la Mente Universal, para ayudarnos a elevar la visión y el espíritu, recordándonos la verdad, la belleza y la bondad que existe dentro de todo. Al invocar a nuestros ángeles para que nos ayuden a ejecutar tareas tanto mundanas como inspiradas, podemos confiar en que todo sucederá de acuerdo con la Voluntad Superior y no sólo con la nuestra.
Mediante esta colaboración perdemos nuestra sensación de aislamiento, empezamos a comprender realmente que no estamos solos y carentes de apoyo; que en nuestro derredor hay ayuda y guía por doquier. En esta forma comenzamos a abrirnos al estado de gratitud en el que pueden ocurrir los milagros.
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Continua.......

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